Necesitaremos dos
huevos, uno hervido y el otro sin hervir
Una superficie plana
Lo que vamos a hacer, primero con el huevo cocido,
es hacerlo girar lo más rápido que podamos cuidando de no romperlo. Si lo
giramos con suficiente rapidez, entonces el huevo se levantará y comenzará a
girar sobre una punta, algo así como lo haría un trompo.
Con el segundo huevo, lo que haremos será girarlo
también. Esta vez, una vez que gire lo suficientemente rápido, entonces lo
detendremos con la mano rápidamente y lo soltaremos. Si lo hicimos bien,
entonces el huevo comenzará a moverse nuevamente por sí mismo.
Explicación:
En primer lugar, las únicas fuerzas
involucradas aquí son las del movimiento. Hubo una persona brillante llamada
Isaac Newton que nos dijo que: “Todo objeto permanece en su estado original, ya
sea en movimiento o en reposo, hasta que una fuerza extraña y externa actúa
sobre él”. Primero, nosotros una fuerza extraña que pone los huevos a girar.
En el segundo caso, aunque nosotros detuvimos el
movimiento del huevo rápidamente, recordemos que en el interior tiene líquido.
Ese líquido continúa girando aún después de que nosotros detuvimos la cáscara.
El movimiento del líquido es tal que arrastra consigo al huevo completo y
vuelve a girar por sí solo, aunque sea por un breve instante.
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